Bar Eugénie y fuente Velleda
La sala de refrescos Eugenia es más que el emblema del balneario, ilustra la industria termal (¡también aparece en el álbum de Astérix "Le bouclier Arverne"!).
La "fuente grande", descubierta en 1843, se convirtió en la "fuente Eugenia" tras la visita de Napoleón III y la Emperatriz en 1862. El área de avituallamiento, durante muchos años un simple pozo con un brocal de piedra, se acondicionó en 1872 con un mostrador circular de hierro forjado protegido por un quiosco de hierro fundido.
En 1913, Auguste Rouzaud, director de la estación, encargó al arquitecto de Clermont-Ferrand Louis Jarrier la mejora del manantial. Éste diseñó una campana de cristal trabajada como una pieza de orfebrería. El nuevo mostrador se revistió de arenisca flameada y opalina.
En 1938, la comuna proyectó ampliar y embellecer la zona termal y encargó a los arquitectos de Vichy Antoine Chanet y Jean Liogier el diseño de la zona de refrescos. Sustituyeron el quiosco por un tholos (templo griego circular) de hormigón armado, provisto de un espejo de agua. Las columnas y los vanos del tambor recuerdan a los del balneario, creando un conjunto armonioso. El perímetro de la zona de restauración está adornado con mosaicos de gres porcelánico, al igual que la nueva decoración de los mostradores, obra de Gentil et Bourdet.
El antiguo edificio de las gárgaras, contiguo a la sala de refrescos y cubierto por sencillas celosías de madera, fue sustituido por un pabellón de estilo decididamente neo-antiguo (cuatro columnas dóricas, entablamento, frontón y ventanas de medio punto).
En los años 80, el pabellón de las gárgaras se transformó en el "Pavillon Velléda", para acoger la nueva conducción del manantial de Velléda.
En la actualidad, el agua termal se utiliza para tratamientos corporales, en lugar de tomarse por vía oral.
Informaciones complementarias
Visible sólo desde el parque. Catering a seguir.
Tarifas
- Acceso libre.