Inaugurada en 1954, la capilla de Saint-Aubin alberga un manantial al que se atribuyen numerosas virtudes.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los habitantes de Manson, temiendo por su pueblo, prometieron construir una capilla si se salvaba. Su deseo se cumplió y las obras comenzaron en 1952, en el emplazamiento de un edificio más antiguo del que a principios del siglo XX sólo quedaban los restos de los cimientos. La nueva capilla se inauguró en 1954. Los vecinos trajeron la estatua de San Aubin de la iglesia de Manson. La colocaron en un nicho sobre la salida del manantial de Chabana o Chabanat, que brotaba en la capilla.
Al agua se le atribuyen numerosas virtudes, entre ellas la curación de las enfermedades oculares. Cuenta la leyenda que unos ladrones que entraron en la capilla para robar ofrendas se quedaron ciegos de repente. Sólo recuperaron la vista después de hacer penitencia. De ahí el viejo dicho: "Saint Aubin da y quita la vista". Debajo de la capilla, el agua del manantial alimenta un abrevadero con varios abrevaderos para los rebaños de verano.
Los frescos del interior de la capilla fueron pintados por André Siramy en 1954. Ilustran las leyendas asociadas a este lugar. Bajo la bóveda, un arcángel delega poderes milagrosos a Saint Aubin. A la izquierda, el santo cura a los ciegos. A la derecha, libera a los prisioneros, recordando que todos los hombres de Manson hechos prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial regresaron sanos y salvos. Los frescos originales, dañados por la humedad, fueron renovados entre 2013 y 2015.
Informaciones complementarias
Visible sólo desde el exterior.
Tarifas
- Acceso libre.